Di Stéfano cambió la historia del Real Madrid. Su fichaje por el club blanco revolucionó al club de Chamartín.
El máximo mandatario madridista no paró hasta conseguir que el futbolista argentino, que maravillaba cada vez que saltaba al terreno de juego, se enfundara la elástica madridista. No fue fácil, ya que La Saeta Rubia tuvo que pasar unos meses en Barcelona, pero todo esfuerzo mereció la pena por ver jugar en Chamartín al primer grande de la historia del fútbol.
Cinco Copas de Europas terminaron en las vitrinas blancas de forma consecutiva. Empezó en París y terminó en Glasgow previo paso por Madrid, Bruselas y Stuttgart. Hasta siete goles marcó en las finales que jugó y según cuentan todas las crónicas de la época, fue el encargado de liderar un equipo que nunca más se ha vuelto a repetir.
Su rendimiento sobre el verde le convirtió en un futbolista mediático como nadie lo había sido hasta entonces. Protagonizó películas sobre su vida y fue el ídolo de los aficionados del Real Madrid y de todos los seguidores del fútbol en general.
Su legado no acabó en su etapa de futbolista. Como entrenador tuvo la valentía de dar la alternativa a cinco jóvenes jugadores que llegaban desde el Castilla y que terminaron formando la Quinta del Buitre. Una vez más, Di Stéfano fue clave para que en el Santiago Bernabéu se disfruta a del fútbol como pocas veces se ha hecho. La puerta grande de la historia del Real Madrid volvió a abrirse.
Como no podía ser de otra forma, el Real Madrid reservó un hueco especial para el hombre que cambió su rumbo y lo llevó hasta la excelencia. Nombró a don Alfredo Di Stéfano presidente de honor, lugar que seguirá ocupando allá donde esté. El Real Madrid y el fútbol lo tienen en su memoria, en su corazón y en una historia que él mismo escribió. El primer grande del fútbol.
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